Por Ricardo Mayol-Bracero
Desde el 16 de octubre un éxodo de hondureñas y hondureños de todas las edades sacudió al continente americano. Me acerqué a los y las migrantes hondureños en la ciudad de Guatemala, queriendo servirles y entender por qué salen de su país así en masa, por qué mujeres con niños/as y familias enteras y por qué a los Estados Unidos. De ese primer acercamiento escribí una reflexión que está en este enlace: https://internationalministries.org/migrantes-hondurenos/?preview=true.
Entendí que tenía que ahondar en mi compresión del móvil de esta migración en masa, y vi oportuna la invitación a Honduras que me extendió la Hna. Karen Gómez, líder de las mujeres ecuménicas de Honduras y de la Iglesia Cristiana Ágape, para participar del Foro Mesoamericano Alba en Movimientos y estar con la Iglesia Cristiana Ágape. Sin dudarlo, del 25 al 28 octubre me fui a Honduras, y escuché desde el mismo pueblo la profundidad de lo que hay detrás de su éxodo.
En el Foro Mesoamericano Alba en Movimientos que fue celebrado en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras en Tegucigalpa participaron 425 personas de México, Guatemala, El Salvador, Nicaragua, Colombia, Brasil y Honduras en 12 mesas de trabajo. Yo participé en las mesas, Militarización y Violaciones a los Derechos Humanos e Iglesia y Movimientos Cristianos de Base. De lo que escuché en ellas y de las lecturas que adquirí a través de ellas, comparto con ustedes una palabra que espero aclare mi inquietud del éxodo hondureño. Los y las migrantes hondureños, están sacando de la oscuridad a la plena luz del día hechos atroces y vergonzosos y actores responsables de su éxodo.
Estando en Honduras, me di cuenta de que el golpe de Estado militar-empresarial-religioso-mediático-imperial de 28 de enero 2009 al entonces presidente Manuel Zelaya, es acto fundamental para entender este éxodo humano. Hilvanando lo previo y lo posterior a este a golpe, hallamos luz que responde a la pregunta: ¿por qué salen de su país los y las hondureños en masas hacia los Estados Unidos? Los y las caminantes hondureñas desenmascaran el fracasado modelo de país que les fue impuesto en su tierra. Sus pasos apuntalan a lo que hay que reparar en Honduras y señalan responsables de un descalabro que reclama reparación. Sus huellas exigen que la verdad, la justicia y el amor se abracen y se besen para que haya paz; tal como lo pide el Salmo 85:10.
El domingo 28 de octubre 2018, en la Iglesia Cristiana Ágape, el Pastor Juan Pablo predicó y compartió la idea del siguiente cuento que aclara el dolor de Honduras.
En un pueblo no muy lejano, donde dominaba un cacique extranjero, vivía una mujer llamada Honduras. Ella era madre soltera con muchos hijos, muy sufrida y muy luchadora. Ella era la 5ª de 4 hermanas y un hermano menor que también habían sufrido los malos tratos del cacique extranjero y los tiranos lacayos a su mando.
A Honduras la obligaron a casarse con uno de aquellos lacayos. Él la golpeaba, la abusaba y nada aportaba para el sostén de ella y sus hijos. Él, más bien, tomaba las pertenencias y terrenitos heredados de su padre y abuelo para entregarlos al cacique extranjero.
Sus hijos crecían sin educación, sin salud, sin oportunidad de superarse en el pequeño ya árido rancho de su madre.
Un día, cansados de tantos abusos, decidieron irse a la hacienda del cacique. Decían, para sostener a nuestra madre y hermanos, vamos. Viéndolos salir el cacique ordenó a su lacayo, denótelos, pero no pudo detenerlos. Ellos y ellas estaban determinados a mostrarle a todos la opresión de su madre. Salieron, y su tía Guatemala los ayudó y su tío-abuelo México, también. Caminando ellos y ellas, lacayos del cacique, sin importarles los verdaderamente suyos, lastimaron a los caminantes con gases lacrimógenos y muchos atropellos. Pero los hijos e hijas de Honduras, libres de lacayos y cacique, gritaron su dolor.
Escribí 3 reflexiones de mi visita a Honduras para aclarar esta enmarañada situación hondureña; y les pido que, por favor, piensen conmigo y juntos unamos fuerzas que acompañen al pueblo hondureño. Estos son los títulos de mis meditaciones:
1. La militarización y las consecuentes violaciones a los Derechos Humanos.
2. El colapsado modelo de desarrollo económico.
3. La Iglesia Cristina Ágape, compañera en el dolor del pueblo hondureño
Sigan conmigo, por favor.