Mi nombre es Ruth. He sido criado en una familia con fuertes convicciones del Evangelio. A medida que crecí, comprendí la importancia de responder al llamado de Dios y caminar en fe de acuerdo al propósito que Dios ha diseñado para cada uno de nosotros. Desde muy joven, he tenido una pasión genuina por el campo misionero. Ser capaz de ser testigo de todo lo que Dios puede hacer por encima de nuestras capacidades humanas me llena de alegría. Más aún, sabiendo que Dios llama a hombres y mujeres ordinarios para sus planes extraordinarios. Teniendo la clara convicción de que Dios me ha llamado y separado mi corazón para servirle del campo misionero, he decidido responder: “Aquí estoy… envíame.” Durante los últimos años me he preparado y entrenado para el momento en que Dios decide poder servirle desde el campo misionero. Vivir la misión es comprender que toda nuestra vida fue hecha para su gloria y honor, y que, habiéndolo conocido, somos sus instrumentos para que los demás puedan ser alcanzados con el amor de Dios.
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La Reflexión de Ruth
Cada vez estamos más acostumbrados a andar en automático. La ansiedad en la que vivimos a diario, y a la que este mundo nos impulsa, nos impide sacar el pie del acelerador.
Una de las cosas que más me ha tocado aprender desde que me mudé a Colombia es la importancia de “desacelerar”. No digo que no haya momentos en los que debamos actuar rápido o que surjan situaciones que requieran atención inmediata. Sin embargo, este tiempo me ha servido para entender que Dios me ha hecho una invitación a reducir el ritmo acelerado de vida y, en ocasiones, a frenar por completo. Había estado muy acostumbrada a vivir con el acelerador puesto, en gran parte por mi personalidad, pero también por el contexto de vida que llevaba. Muchas veces nos malacostumbramos a querer tener resultados inmediatos, pero desacelerar en nuestra relación con Dios nos enseña a soltar el control y descansar en Su soberanía. Por lo tanto, aprender a desacelerar para caminar con Él ha sido una experiencia hermosa.
Desacelerar era parte de la invitación que Jesús estaba haciendo cuando dijo: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar” (Mateo 11:28). El descanso del que Jesús habla tiene muchas dimensiones. El contexto en el que Jesús se encontraba era un ambiente cargado por el peso del pecado, la culpa y un constante esfuerzo humano por intentar ganarse la salvación por medio de obras. Jesús ofrece un alivio al invitar a aquellos que están cargados y cansados de intentar cumplir con las exigencias de la ley. Llevar “su yugo” (su enseñanza y guía) significa entrar en una relación con Dios basada en Su gracia.
Jesús también nos brinda paz en medio de las adversidades, angustias, preocupaciones y ansiedades de nuestra vida. Él nos ofrece un alivio de las cargas emocionales que nos impiden confiar plenamente en Él. El apóstol Pablo tenía claro esto cuando les dijo a los filipenses: “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús” (Filipenses 4:6-7).
Por otro lado, cuando caminamos con Jesús, aprendemos a relacionarnos con Él y con los demás. Jesús describe su yugo como “fácil” y su carga como “ligera”, porque Él lleva la parte pesada por nosotros. Es una invitación a caminar junto a Él, compartiendo nuestras luchas. Por eso, en la primera carta de Pedro se nos dice: “echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros” (1 Pedro 5:7).
Por último, el descanso que Jesús nos ofrece nos da propósito y dirección en la vida. Mientras las personas buscan sentido en actividades, relaciones o logros, Jesús ofrece un descanso que surge de saber que estamos completos en Él y tenemos un destino eterno asegurado.
Desacelerar nos permite hacer espacio para estar quietos ante Su presencia, esperar en Él y aprender a discernir Su voz por encima de las otras voces que puedan levantarse. Desacelerar nos permite maravillarnos cada día con lo sencillo, simple o cotidiano. Desacelerar nos enseña a confiar en Dios y en Su tiempo, más allá del nuestro. Desacelerar nos enseña a confiar en Su provisión, aun cuando no sepamos de dónde necesariamente habrá de llegar. Desacelerar nos permite escuchar a otros, aunque no siempre tengamos una respuesta a lo que nos comparten. Desacelerar nos permite vivir el presente, sin sobrepensar el pasado ni afanarnos por el futuro. Desacelerar nos lleva a caminar con otros y a hacerles entender que Dios está caminando junto a nosotros. Desacelerar implica soltar y confiar en que Dios está obrando. Desacelerar ayuda a dejar de lado la ansiedad. Desacelerar nos permite descansar y esperar en Su tiempo y propósito.
¿Qué cosas te están impidiendo caminar junto a Jesús? ¿Qué cargas pesadas llevas hoy? ¿A qué te está invitando Dios hoy?
Durante mis primeras semanas en Colombia, Dios me recordó una vez más ese pasaje del salmista que dice: “estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra” (Salmo 46:10). ¡Qué consuelo tan grande trae al corazón saber que Dios nos invita a descansar en Él, a desacelerar nuestro ritmo para caminar al suyo y a frenar cuando sea necesario para esperar en Él!
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Programa de Residencia Misionera
Ruth es una participante dedicada en el Programa de Residencia Misionera en Ministerios Internacionales, una iniciativa inspiradora que invita a personas mayores de 18 años a sumergirse en un servicio global transformador. Este programa ofrece la oportunidad única de realizar una labor significativa sobre el terreno de la misión durante períodos prolongados, con opciones flexibles para un período de uno o dos años. Sirve como una manera excepcional de embarcarse en un año sabático, asociarse sin problemas con un programa educativo, o explorar el profundo llamado a un servicio global a largo plazo para aquellos que sienten un profundo llamado espiritual para tener un impacto duradero. Ya sea enriqueciendo vidas o compartiendo fe, los participantes en este programa pueden esperar un viaje lleno de crecimiento personal, experiencias interculturales y la oportunidad de contribuir a un cambio positivo en todo el mundo.
Programa de Residencia Misionera Folleto
Si usted o alguien que conoce está interesado en este programa, puede encontrar más información en el folleto y por correo electrónico volunteers@internationalministries.org.